
Participando por México considera que la democracia es la mejor forma de gobierno existente. Sin embargo, buena parte de la sociedad no se encuentra satisfecha con este sistema pues parece que, por sí mismo, no resuelve los problemas fundamentales que afectan la calidad de vida de los ciudadanos.
Los mexicanos esperamos un mejor desempeño de los gobernantes, de los legisladores, de los funcionarios públicos, de los partidos, de los empresarios, de los sindicatos, de los jueces, de los científicos, de los intelectuales. Todos parecen tener algo de responsabilidad. Pero más allá de buscar culpables, es momento de observar nuestra responsabilidad como individuos y como sociedad; es tiempo de asumir nuestro papel como ciudadanos.
Los problemas que aquejan a nuestra sociedad van mucho más allá de quién gana las elecciones. Las soluciones a los problemas de la sociedad mexicana sobrepasan la reforma de algunas leyes o votar por un partido en lugar de otro. Entendemos que la democracia es algo que va mucho más allá de simplemente ejercer el voto. El ejercicio pleno de los derechos, la rendición de cuentas de las autoridades, la participación activa de los ciudadanos en su comunidad, son asuntos que también forman parte de la vida democrática.
Los derechos fundamentales de los ciudadanos
En primer lugar, creemos que todos buscamos ser felices en la vida y hacer aquéllo que nos realice como personas. Para esto requerimos que nuestros derechos fundamentales estén garantizados de tal manera que podamos perseguir los fines que consideremos deseables para nuestra vida.
La igualdad entre ciudadanos y la vida en sociedad
Para que la sociedad se mantenga, y cada uno de nosotros saque el mayor provecho de ella, es necesario que cada uno de los individuos que la componemos reconozcamos en los demás a personas con los mismos derechos que nosotros.
El Estado, la democracia y el sistema representativo
Así pues, el Estado surge de la cesión parcial de la libertad individual y concentra el poder necesario para disuadir los abusos de los individuos o grupos. El Estado es, entonces, el garante de los derechos de todos individuos en una sociedad. Por lo anterior, éste no sólo debe limitarse a evitar los abusos o castigarlos en caso de que sucedan, sino, de manera más amplia, debe garantizar a todos los ciudadanos el pleno ejercicio de sus derechos y libertades fundamentales.
Con la intervención de todos los poderes es cómo se establece claramente la manera en que se rigen los individuos, el gobierno, los representantes y la sociedad.
El papel de los ciudadanos
Creemos que para el sostenimiento de un sistema democrático que garantice a plenitud los derechos de los individuos y represente fielmente sus intereses, es necesario que haya ciudadanos que se involucren y luchen por ello. Hay que apuntar con firmeza que la lucha a la que nos referimos es una lucha por transformar a nuestra sociedad mediante los medios institucionales disponibles, pues no aceptamos las transformaciones violentas que necesariamente implican pasar por encima de los derechos de otros.
Consideramos que si bien el Estado es el encargado de garantizar nuestros derechos, es imposible que comprenda y resuelva los problemas de todas las personas. Así pues, es indispensable que los ciudadanos seamos conscientes de nuestro entorno y pongamos atención a los problemas que nos rodean, de tal manera que podamos señalarlos y convertirnos en agentes de su resolución.
Sin ciudadanos no hay democracia
Para mantener la existencia de la sociedad es necesario que todos los individuos entiendan que se encuentran interrelacionados y que el abuso de las libertades de uno limita el ejercicio de las libertades de otros. Este abuso de las libertades termina por destruir a la sociedad y los propósitos y esfuerzos de los individuos. Como ciudadanos no podemos ser simplemente espectadores inteligentes y críticos. Es necesario que denunciemos los abusos e injusticias que persisten en la sociedad y exijamos a nuestros representantes, con información y argumentos razonables, que trabajen para garantizar los derechos de todos y no los privilegios de unos cuantos.